Caminando sin prisa, casi por casualidad me dijo:
“¿Entonces? Ponéis una inyección y os vais. No parece muy complicado”
“Cierto, dicho así parece incluso aburridamente sencillo. Pero no, no es así”
Quise en ese momento poder transmitir mi magia. Poder descubrir la multitud de vetas de luz que alcanzas, cuando te asomas al límite de la vida. Porque te asomas. La ciencia a veces nos oculta la belleza de nuestra esencia. Y ves tu serendipia.
Entre luces y cables, rostros ocultos y charlas de cotidianeidad llegas tal y como viniste al mundo. Vienes para recuperar algo que perdiste, y que será efímero, porque al final se agotará. Pero no hoy. Vas a viajar. Trataré de desconectarte, sin llegar a soltarte, para poder trabajar en esta hermosa envoltura que se nos ha dado. Por los caminos de la vida, esos ríos que te bañan por dentro, llegaré donde me lleves. Quiero dormirte, que sueñes. Pero además te robaré el dolor, me lo quedaré y lo ocultaré hasta que desaparezca.
Son pasos que miran a las estrellas, resuenan al ritmo de tu vida, y al comenzar…tu dejarás de respirar. Yo te daré tu aliento. Si te falto, te vas.
A partir de ese momento, dos latidos confluyen. El tuyo que me guía por el camino, el mío que trémulo siente lo que tu sientes.
Eso hago, a diario.
Yo te aliento, tú lates.
Genial primo!
me ha encantado. Te seguiré la pista…
un abrazo
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precioso!!!!!
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Muy bonito el escrito y magnífico y necesario tu trabajo
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Precioso! !!
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Precioso!!! Me he quedado sin palabras.
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¡¡¡ Me ha gustado mucho Fer!!! Gracias por compartirlo, estare pendiente.
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Sin palabras!!!
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Plantéate esto: el dolor tiene una clara función, aparte de enseñarnos los límites, es un claro indicador de por donde debemos ir o no. Si con tu magia tapas el indicador el conductor perderá el control de su aparato, no sabrá si tiene combustible, aceite, si funciona o no el alternador, si tiene líquido de frenos o está activado el espacio. Tapar los errores para poder seguir cometiéndolos sin consciencia?
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Muchas gracias José Manuel por tu aportación.
La función del dolor es fisiológica como mecanismo de defensa y protección. Y esto ocurre siempre hasta cierto límite. El dolor crónico nunca es fisiológico y desborda su misión protectora. Por otro lado el dolor quirúrgico es a todas luces evitable y deseable que sea suprimido de forma eficaz y duradera. Una incisión desde la sínfisis del pubis hasta la zona esternal sería insoportable, tanto para la parte consciente de la persona, como la neurovegetativa. Y conllevaría a la muerte “per se”.
En ningún caso controlar el dolor es “tapar” los errores. La fisiología ayuda y protege, pero el dolor si se puede evitar, nunca es necesario.
Un saludo cordial
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Fer, eres un poeta. Gracias x este regalo en forma de palabras.
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Muchas gracias Fernando por enviarme tu página. Me han gustado muchísimo tus escritos, pero especialmente el dedicado a tu tío José. Me has hecho revivir nuestras experiencias en Bolivia, recordar cómo sigue la vida allí y renovar mi compromiso con los más desfavorecidos. Muchísimas gracias.
Por cierto, aprovecho para comentarte que ayer la Asociación Tierno Galván de Salamanca, ha concedido a DOA su premio a los Derechos Humanos y la Solidaridad. Y en ese premio, tú tienes una parte.
Un fuerte abrazo
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No sé que decir me he quedado sin palabras, creo que ya me tienes cómo una seguidora incondicional, porque la vida junto con la salud es lo más importante y, que la forma con que un médico puede idealizarla es, en un poema que sea un cántico al amor y a la vida.
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